La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) no ha presentado datos definitivos sobre la producción que aportó en 2022 el programa de fertilizantes destinados a granos prioritarios, advirtió la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

En el análisis de la cuenta pública 2022, la ASF indicó que la Sader reportó que en ese año el 96.3 por ciento del insumo se fue a 796 mil agricultores dedicados a maíz, el resto fue a frijol, hortalizas y arroz, pero esas cifras tuvieron discrepancias en cuanto a los indicadores de la cuenta pública ya que se presentaron como preliminares, por lo que “carecieron de confiabilidad”.

A la ASF se le reportó que con el programa, cuyo propósito es “contribuir a la producción de cultivos prioritarios de los productores de pequeña escala”, se tuvo una producción para ese año de 6 millones 395 mil toneladas de granos, lo cual fue 1.2 por arriba de la meta de 6 millones 321 mil toneladas, pero el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), integrado en la Sader, reportó una producción 15.5 por ciento menor, 5.4 millones de toneladas.

La dependencia dijo que el dato definitivo estaría listo en mayo de 2023, pero a enero de 2024 no se contó con la información del impacto en la producción por el uso de los fertilizantes entregados, señaló la ASF.

En este contexto, la producción de maíz en Guerrero -donde comenzó el programa de fertilizantes-, Chiapas, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tabasco, Veracruz y Tlaxcala cayó en 200 mil toneladas en 2023 al pasar de 6.44 millones a 6.24 millones, señaló Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).

Esto es a pesar de que en esa región se ha aplicado el programa de fertilizantes. Para este año se espera que la producción sea de 6.3 millones de toneladas, reportó el GCMA.

Estimó que la producción nacional de maíz blanco y amarillo este 2024 sea la más baja del último lustro para ubicarse en 24.9 millones de toneladas debido a la sequía, lo cual contrasta con el año récord de 2016 cuando se produjeron 28.2 millones de toneladas.

Indicó que durante el año pasado la producción de maíz llegó a 26.7 millones de toneladas, cuando se estimaban 28 millones, lo cual llevó a un récord de importaciones de maíz amarillo de 19.7 millones de toneladas que son destinadas al sector pecuario e industrial. Tan sólo en enero ya se compraron del exterior 2.1 millones de toneladas.

Consideró que en los estados del sureste la producción no ha aumentado, aun con los programas de Producción al Bienestar, Fertilizantes y Precios de Garantía, ya que “no promueven la productividad y rentabilidad, solamente son asistenciales”.

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