Nueva York y Washington. El concejo municipal de la ciudad de Chicago aprobó una resolución a favor de un cese el fuego en Gaza esta semana, la ciudad más grande del país en sumarse al creciente movimiento en repudio a la política de apoyo incondicional de Washington a Israel, mientras un juez federal emitió un fallo sin precedente indicando que es posible que Israel esté violando la Convención contra el Genocidio y con ello deja entender que el gobierno de Joe Biden podría ser cómplice de ello.

Al mismo tiempo, hubo otros indicios de la creciente disidencia en el propio gobierno de Biden en Washington.

La resolución aprobada por el gobierno municipal de Chicago ganó por un margen estrecho en un bastión del Partido Demócrata, evidenciando divisiones dentro de ese partido en torno a la política de apoyo incondicional de Biden a Tel Aviv –el voto del concejo estuvo empatado 23 a 23, pero el alcalde Brandon Johnson emitió el voto decisivo. Vale recordar que ésta será la ciudad anfitriona de la Convención Nacional Demócrata este verano, donde Biden lanzará su campaña para la elección general.

Chicago se suma a varias ciudades y pueblos que han aprobado resoluciones a favor de un cese el fuego y repudiando así la política actual de Biden, entre ellas Detroit, San Francisco, Atlanta y Portland, Maine.

Los espectadores a favor de la resolución festejaron su logro, apoyado por, entre otras figuras de la ciudad, el reverendo Jesse Jackson. Estoy muy orgullosa y contenta de que la comunidad palestina, la cual no ha sido escuchada, podría irse a casa hoy sabiendo que el gobierno municipal los está escuchando, declaró Rossana Rodríguez Sánchez después del voto, reportó Político. La comunidad palestina dentro y alrededor de Chicago es la más grande del país.

Rodríguez, quien introdujo la resolución, explicó ante el concejo que su solidaridad con Palestina nace de su propia experiencia como puertorriqueña. Viví bajo el colonialismo, tuve que hacer desobediencia civil en Vieques contra bombardeos y también fuimos testigos del huracán María. “Somos colonia del país más poderoso del mundo… Dejaron morir a 5 mil personas por causas prevenibles. Vimos los cuerpos…” Y ahora, enfatizó, estamos viendo cómo los palestinos están padeciendo algo aún peor, de manera cotidiana.

En Oakland, en torno a un caso histórico donde palestinos tanto en Gaza como en Estados Unidos presentaron una demanda la semana pasada acusando a Biden y a sus secretarios de Estado y Defensa de ser cómplices de genocidio, un juez federal emitió un fallo que concluye que es posible que la guerra de Israel constituya un genocidio e implora al gobierno de Biden revaluar su apoyo incondicional de Israel.

Aunque el juez federal Jeffrey White declaró que su tribunal no tenía la facultad para resolver el caso de la demanda y ordenar al gobierno de Biden cesar su complicidad con un genocidio, como solicitaron los acusadores, señaló: como ha encontrado la Corte Internacional de Justicia, es posible que la conducta de Israel llegue a ser un genocidio. Esta Corte implora a los acusados examinar los resultados de su apoyo firme al sitio militar contra los palestinos en Gaza.

El Center for Constitucional Rights, que representó a los acusadores, afirmó que el fallo no tiene precedente y es condenatorio que un tribunal federal afirme que Israel esté cometiendo un genocidio mientras critican a Biden, Blinken y Austin por su apoyo firme a actos que constituyen ese genocidio.

Disidencias en el gobierno

En tanto, crecen las expresiones de disidencia dentro del gobierno de Biden en torno a su política de apoyo incondicional a Israel. Samantha Power, directora de la Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (Usaid) y asesora cercana del presidente, quien también es reconocida como experta en el tema del genocidio, fue confrontada por sus propios colegas y empleados en un acto público el martes, cuestionando su integridad.

Usted escribió un libro sobre genocidio, pero aún está trabajando para este gobierno. Debería renunciar y expresarse, interrumpió a Power la especialista en salud global Agnieszca Sykes, quien dejó su puesto en el Usaid la semana pasada, reportó el Washington Post. Se refería al libro de Power A Problem from Hell, que ganó el premio Pulitzer y en el que la autora condena la inacción de su país durante atrocidades en varios lugares, desde Armenia a Ruanda, a lo largo de varias presidencias. Power, se reportó, agradeció los comentarios e intentó responder, aceptando que se requiere más ayuda humanitaria, pero evitando criticar la política de su jefe, el presidente Biden.

Una empleada de Usaid le dijo que el genocidio financiado por Estados Unidos nos ha dejado sin capacidad para ser líderes morales en cambio climático y otros temas urgentes de desarrollo y humanitarios, y le preguntó: ¿Cómo nos estás dirigiendo a enfrentar y superar esta hipocresía en la política exterior estadunidense? Fue la primera vez que enfrentó la disidencia en su agencia en un acto público, pero hubo expresiones previas cuando cientos de empleados de la agencia federal firmaron una carta pública a favor de un cese el fuego en noviembre.

Ante la creciente ola de críticos, al visitar Michigan este jueves Biden se reunió con líderes religiosos afroestadunidenses, algunos de los cuales han demandado un cese el fuego. Sin embargo, este mismo día, dirigentes árabe-estadunidenses en Washington rehusaron reunirse con el secretario de Estado, Antony Blinken, en protesta porque su gobierno sigue rehusando llamar a un cese el fuego en Gaza.

Mientras, continúan de manera incesante diversas expresiones de oposición y protesta a la política de Biden hacia Israel, llamados a un cese el fuego [https://twitter.com/Ceasefire_Track], y condenas a la guerra de Israel en calles, plazas, universidades, sindicatos, instituciones religiosas y por artistas de todo tipo alrededor del país y en el interior de otras agencias y departamentos del gobierno.

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