Ciudad de México. A más de 50 años de haber estudiado en la Facultad de Derecho (FD) de la UNAM y de haber participado en el Movimiento Estudiantil de 1968, Ana Ignacia Rodríguez Márquez, La Nacha, volvió hoy a ese plantel en medio de una sensación de enojo e indignación para protestar por el retiro de una placa que se había instalado hace apenas unos meses en homenaje a su compañera de lucha, Roberta Avendaño Martínez, La Tita, y otros activistas.

De acuerdo con grupos estudiantiles de la FD, el mencionado sitio de memoria se había colocado en octubre del año pasado cerca del auditorio “Jus Semper Loquitur”, para recordar la lucha de La Tita –quien fue alumna de la facultad–, y de Miguel Parra Simpson, quien en 1969 fue asesinado por un grupo porril en el estacionamiento de la escuela, así como de otros jóvenes del plantel “que ofrendaron su vida por la transformación revolucionaria de la sociedad”.

A decir de los activistas de la FD, la insignia de metal habría sido retirada por las autoridades escolares durante el periodo vacacional de Semana Santa, y se piensa que fue recolocada hace unos días en un pasillo de la planta baja del Edificio E, para “esconderla” entre otras placas colocadas en ese mismo sitio.

Cerca de la 1:30 de la tarde de este martes, La Nacha apareció en la dirección de la FD para sumarse a la exigencia de que el memorial fuera reinstalado en su sitio, y extrernar su molestia por el hecho de que fuera retirado sin mayores explicaciones.

“Siento horrible. ¿Tú qué sentirías cuando te enseñaron máximas de derecho, te enseñaron que podías ser libre, que tenías derechos humanos y que tenías que manifestarte pacíficamente? Que nos hagan esto es una cobardía, porque lo hicieron en vacaciones”, enfatizó Rodríguez, quien le exigió a la recién nombrada directora de la FD, Sonia Venegas, que reinstale la placa conmemorativa.

– ¿Lo interpreta como un acto de menosprecio?

– Como un poderío, como sentir que son muy fuertes, que llegan otras autoridades y que tienen mucho poder. A mí me importa muy poco el poder de ellos: el poder nosotros lo tenemos, porque por los ideales estamos aquí, y por los ideales nos tuvieron 2 años y medio presas. Fui estudiante y peleé como tal, y aun así, con 80 años, sigo peleando.

Luego de recordar sus años de encarcelamiento en Santa Martha Acatitla, su militancia en 1968 y su amistad con La Tita y otras luchadoras y luchadores sociales, Rodríguez admitió que volver así a la que fuera su alma máter le genera “bastantes sentimientos encontrados”.

En ese marco, advirtió: “Si a mí me llega a pasar algo por esta situación –porque tengo los niveles altos de mis 2 enfermedades crónicas–, hago responsable a estas personas (que dirigen la FD). Que encuentren a los responsables (de remover la placa), que los castiguen y que la recoloquen donde debe de estar, no escondida por ahí”.

Tras conocer que había un grupo de personas que pidieron audiencia con ella por el tema del memorial, la nueva directora de la FD salió unos momentos para disculparse por no recibir a los estudiantes y a la histórica dirigente del 68, y se comprometió a recibir a los inconformes mañana miércoles a la 1:30 PM.

Al preguntársele si acudirá a la cita, La Nacha respondió: “Voy a tratar de sentirme bien, tomarme algo para poder venir, porque no quiero ser del mismo espectáculo de los que hablan y luego no hacen las cosas”.

A propósito del retiro del sitio de memoria, el abogado Alejandro Martínez, asesor jurídico de Rodríguez Márquez y de diversas víctimas de la llamada “guerra sucia”, estimó que el retiro de la placa debe entenderse como un “acto de provocación” de la nueva titular de la FD.

“Es un mensaje político muy claro, también avalado por Rectoría, de que aquí no ha pasado ni siquiera un intento de democratización, de transición o de justicia transicional, de reivindicar a las víctimas o por lo menos respetar los memoriales que ellos construyen”, lamentó.

En la reunión de mañana, además de exigir la reinstalación de la placa, “se van a plantear otras peticiones, relacionadas con que se instale una mesa de diálogo permanente, se mejoren las condiciones de estudio, como cuestiones relacionadas con el cupo de grupos, y el respeto a la organización estudiantil y sus peticiones”.

La remoción del sitio de memoria, enfatizó, “es algo muy grave, porque aunque haya sido recolocada, habla de una falta de sensibilidad y de conocimiento, de observancia de los derechos humanos, en este caso de las víctimas”.

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