México.- El Telescopio Espacial James Webb, puede haber detectado estrellas extrañas impulsadas por materia oscura en lugar de fusión nuclear.
El Telescopio Espacial James Webb, ha descubierto tres cuerpos celestes en las primeras etapas del universo, que podrían estar siendo alimentados por la misteriosa materia oscura.
Los insólitos hallazgos plantean una nueva perspectiva sobre la naturaleza del universo.
Los resultados de la investigación han sido difundidas la organización de Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS).
Estas tres galaxias han sido denominadas como JADES-GS-z13-0, JADES-GS-z12-0 y JADES-GS-z11-0, por lo que actualmente los científicos consideran que se tratan de estrellas gigantes y solitarias cuya energía no proviene de la fusión nuclear, sino del efecto del calentamiento generado por la materia oscura.
Cabe señalar que las estrellas regulares se forman cuando una nube de polvo y gas se vuelve tan masiva que colapsa sobre sí misma, y la presión y la temperatura en el centro son lo suficientemente altas como para comenzar el proceso de fusión nuclear, en el que los átomos chocan entre sí y se fusionan en elementos más pesados.
No obstante, las llamadas “estrellas oscuras” no tendría ningún tipo de fusión: En el universo primitivo, podrían formarse a partir de nubes similares ricas en materia oscura.
Investigadores señalan que cuando dos partículas chocan, deberían aniquilarse en una explosión de energía, que sería lo suficiente intensa como para impulsar una estrella supermasiva.
“Son estrellas muy extrañas: En radio, tienen alrededor de 10 Unidades Astronómicas, la distancia entre la Tierra y el Sol, por lo que son bestias hinchadas y no tienen núcleo”, dijo Katherine Freese de la Universidad de Texas en Austin.
“Son relativamente fríos en todo momento, y debido a que son tan fríos, no hay nada que impida la acumulación en ellos, por lo que crecen, pueden crecer hasta un millón de masas solares, mil millones de luminosidades solares, tal vez incluso más”.
La hipótesis fue propuesta por los astrofísicos teóricos Cosmin Ilie y Jillian Paulin de la Universidad de Colgate, junto a Katherine Freese. Si se confirma esta teoría, podría ayudarnos a desvelar los misterios de la materia oscura y el origen de los agujeros negros supermasivos.
La materia oscura no es visible ni detectable por medios convencionales, no obstante, se considera mucho más abundante que la materia normal que compone todo lo que podemos observar.
Las primeras estrellas que se encendieron en el universo no pueden ser vistas directamente y su existencia solo interfiere a través de pruebas indirectas.
El origen de los agujeros negros supermasivos, con una masa millones de veces mayor que la del Sol, sigue siendo un misterio, además, el Telescopio Espacial James Webb, ha descubierto numerosas galaxias masivas, en el universo temprano, lo que plantea más interrogantes.
Por lo que podría explicar que las galaxias hayan crecido tanto en tan poco tiempo, ya que se cree que se “nutrieron” de la aniquilación de la materia oscura a diferencia de las estrellas normales, compuestas principalmente de hidrógeno y helio, que generan calor y luz por medio de la fusión nuclear.
Y por medio de esta teoría, se sugiere que cuando dos partículas de materia oscura colisionan, se aniquilan mutuamente y liberan un estallido de calor y luz.
Supuestamente, en el “universo primitivo”, la abundante materia oscura podría haber dado origen a regiones radiantes con una masa equivalente a un millón de soles.
Las galaxias JADES-GS-z13-0, JADES-GS-z12-0 y JADES-GS-Z11-0, observadas durante los primeros cientos de millones de años después del Big Bang, exhiben características consistentes con la existencia de la materia oscura.
Las “estrellas oscuras”, eventualmente, colapsarían en agujeros negros supermasivos, lo que explicaría su actual ausencia y la prevalencia de dichos agujeros en el universo.
Esta teoría proporcionaría una explicación para la desaparición de la primera generación de estrellas, sugiriendo que aún podrían todavía existir, pero en una forma diferente.
Hasta la fecha todo sigue siendo una hipótesis y no ha sido confirmada, ya que se requieren más observaciones y estudios. El telescopio James Webb, aún es insuficiente para realizar la tarea de observación.
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