“Tuve que escoger entre salvar a mis padres o a mi hijo”: sobreviviente del terremoto de Marruecos

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En medio de la devastación provocada por el reciente terremoto en Marruecos, valientes personas se vieron enfrentadas a decisiones desgarradoras. Entre ellas, el pastor de cabras Tayeb ait Ighenbaz, quien tuvo que tomar una elección imposible: salvar a su hijo o a sus padres.

La noche del fatídico viernes, Tayeb ait Ighenbaz estaba con su esposa, sus dos hijos y sus padres en su modesta vivienda en las montañas del Atlas. Fue entonces cuando el país sufrió su peor terremoto en seis décadas, sacudiendo su hogar y cambiando sus vidas para siempre.

El terremoto dejó la casa en ruinas, y Tayeb se encontró en una situación angustiosa. Mientras su esposa y su hija estaban a salvo, su hijo y sus padres quedaron atrapados bajo los escombros. Con lágrimas en los ojos, relata cómo tuvo que elegir entre rescatar a su hijo o a sus padres, ya que una pared había caído sobre estos últimos. La trágica elección lo persigue hasta hoy.

La familia ahora reside en carpas improvisadas cerca de lo que alguna vez fue su hogar. Todo su dinero lo perdieron y la mayoría de sus cabras perecieron en el desastre.

Tayeb, a sus 50 años, se encuentra en una nueva etapa de su vida, sin padres, sin hogar, sin comida y sin ropa. Sin embargo, se aferra a las enseñanzas de sus padres: la paciencia, el trabajo duro y la perseverancia.

Mientras Tayeb comparte su historia, su hijo Adam, vestido con una camiseta de la Juventus con el nombre de Ronaldo en la espalda, se acerca y abraza a su padre. “Mi papá me salvó de la muerte”, dice con una sonrisa.

figcaption data-gramm=”false” data-lt-tmp-id=”lt-705804″ > Tayeb y su hijo. Foto: BBC

Otras historias de dolor y pérdida

A pocos kilómetros de distancia, en el camino a la ciudad de Amizmiz, Abdulmajid ait Jaefer también enfrentó el horror del terremoto junto a su familia. Atrapado bajo los escombros, él y su hijo Mohamed sobrevivieron, pero lamentablemente, su esposa y dos de sus hijas no tuvieron la misma suerte.

Abdulmajid, de 47 años, duerme ahora bajo un toldo frente a los restos de su casa. Observa con nostalgia la cocina, la nevera y la ropa colgada, testigos de su vida antes del terremoto. Incapaz de abandonar la zona, siente la necesidad de proteger lo que queda de su hogar y sus recuerdos.

En medio de la tragedia, la comunidad se solidariza con quienes han sufrido pérdidas irreparables. La incredulidad ante el terremoto sigue presente en las mentes de las víctimas, pero el apoyo y las condolencias de los vecinos ofrecen un rayo de esperanza en medio de la devastación. Con información de BBC.

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