Londres, Inglaterra.- Con tan sólo 12 años de edad, Archie Battersbee, enfrentó la batalla más difícil en su corta vida, pero lamentablemente la perdió este sábado con la desconexión de la máquina de respiración asistida que mantenía su corazón palpitando desde que entró en coma el pasado abril.
El menor termina en dichas condiciones luego que presuntamente practicó una peligrosa prueba de aguante de la respiración, el llamado ‘desafío del apagón’ que circula en las redes sociales.
La madre del pequeño, Hollie Dance, declaró que descubrió a su hijo inconsciente en su casa, con una soga cerca de la cabeza la tarde del 7 de abril, por lo que fue trasladado en ambulancia al hospital local de Southend, en el este de Inglaterra, y posteriormente a la capital británica.
Según los médicos Archie sufrió irreversibles lesiones cerebrales y todo el tiempo que estuvo en el hospital, su madre y otros miembros de la familia lucharon en contra de las autoridades médicas y judiciales para prolongar la vida de su hijo y evitar una defunción programada.
Sin embargo, la vía legal se agotó el pasado viernes 5 de agosto, tras un duro y acelerado proceso de múltiples recursos y apelaciones, que saltó del juzgado familiar inglés, al Supremo británico y a la Corte Europea de Derechos Humanos. También intervino el comité de discapacitados de Naciones Unidas en un esfuerzo finalmente en vano para los familiares de Archie.
“Todas las rutas legales se han agotado. La familia está desolada”, confirmó un portavoz.
Dolorosa despedida
Antes del procedimiento, los padres de Archie, Dance y Paul Battersbee, sus hermanos y cuñados, se despidieron del pequeño en el hospital londinense. Mientras tanto, grupos de jóvenes y mayores se reunieron en una vigilia fuera del recinto de este histórico centro clínico del este de la capital.
El trágico caso ha renovado el debate sobre el sistema de protección de menores cuando se rompe la relación y la confianza entre la familia y los expertos médicos, como ha sucedido en esta instancia.
Te recomendamos leer:
La toma de decisiones queda entonces a merced de los jueces y, en esta ocasión, las sentencias dictadas han ido en contra de la voluntad de los padres de Archie.
“Como madre, quiero saber que he hecho todo lo que está en mi poder por mi niño”, dijo a los medios la abatida mujer antes de dar el último adiós a su hijo pequeño.