Cada 16 de septiembre, el mundo conmemora el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, una fecha que nos recuerda la importancia vital de este escudo natural que rodea nuestro planeta.
La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció esta jornada en 1994 con el propósito de sensibilizar a la humanidad sobre la necesidad imperante de conservar la capa de ozono y su papel crucial en la protección contra los perjudiciales rayos solares.
La capa de ozono, ubicada entre 15 y 50 kilómetros sobre la superficie de la Tierra en la estratósfera, está compuesta principalmente por ozono estratosférico (O3) y actúa como una suerte de manto protector.
Esta capa forma parte de la atmósfera y cumple una función esencial al regular la temperatura global y filtrar el 99% de la radiación ultravioleta de tipo b (UV-B), cuyos efectos nocivos incluyen daños al ADN y ARN, aumento de riesgo de cáncer de piel y cataratas, así como afectaciones a la agricultura y los ecosistemas marinos.
El científico mexicano Mario Molina, junto con otros investigadores, recibió el Premio Nobel de Química en 1985 por su destacada labor en la identificación de la amenaza que representaban los clorofluorocarburos (CFCs).
Estos gases, producidos por actividades humanas como la fabricación de aerosoles, refrigerantes y plásticos, degradan la capa de ozono al liberar átomos de cloro, que a su vez provocan su adelgazamiento.
Afortunadamente, la comunidad internacional tomó medidas decisivas para combatir esta crisis ambiental. En 1987, se firmó el Protocolo de Montreal, un acuerdo que estableció un plan de eliminación gradual de sustancias que agotan el ozono. Hasta la fecha, 197 países han ratificado este protocolo, y México fue uno de los pioneros en hacerlo en 1988. Gracias a estos esfuerzos globales, se ha reducido en un 99% el uso de sustancias dañinas para la capa de ozono.
México, en particular, ha demostrado un compromiso firme con la protección del medio ambiente. Durante las últimas tres décadas, el país ha reducido drásticamente su consumo de sustancias que agotan el ozono, invirtiendo en proyectos de eliminación y promoviendo prácticas sostenibles.
Estos esfuerzos no solo han contribuido a la recuperación del agujero de ozono en la Antártida, sino que también han fortalecido el papel de México como líder en conservación ambiental a nivel mundial.
En el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, recordamos la importancia de la cooperación global y el compromiso individual en la lucha por proteger nuestro preciado planeta. La capa de ozono, aunque invisible, es un tesoro invaluable que debemos salvaguardar para las generaciones futuras.